27 marzo 2011

Este sí es el soundtrack de mi vida.

Es hora de dejar esos soundtracks de John Williams o de Philip Glass de lado. Venga, chica, arrójalos por la ventana. Préndeles fuego. Baila tap sobre esos discos. O regálalos a quien menos quieras. Pero no los pongas más.

No pongas esa cara. Soy un cinéfilo salvaje. Soy un monstruo de Ishirô Honda que devora filmes, un Morlock que sólo quiere consumir sonidos estridentes e imágenes en movimiento. Dame trivia, dame cine, dame MÚSICA POP.

Quema esos discos de Hans Zimmer. Escuchemos diez de mis soundtracks favoritos. Al terminar, la Bridget Jones que vive encerrada en ti estará convertida en una Meiko Kaji mortal: mira y mata, mira y mata. Abre oídos.

Domenico Scarlatti: Bête, La (La Bestia, 1975). La película es una maldita obra maestra del genio Walerian Borowczyk: el filme de época más perverso y perturbador, ever. La historia de amor y sexo entre una mujer y una bestia no sólo está narrada con la perfecta cámara del polaco, sino con un impresionante uso de la música barroca de Giuseppe Domenico Scarlatti (1685-1757): un clavicémbalo insistente, lascivo, virtuoso. Acciaccaturas imposibles, sonidos tan puros y tan inquietantes como en ninguna otra película. La película no es apta para estómagos débiles ni ojos frágiles; la banda sonora es para oídos que saben lo que quieren. La belleza. Y la bestia. Cinco estrellas. #

Akira Ifukube: Gojira (Godzilla, 1954). Compositor autodidacta, talento inigualable, Akira Ifukube (1914-2006) es uno de los indiscutibles en cuanto a bandas sonoras japonesas. La productora Toho le contrató para una de las series más icónicas de monstruos del inigualable Ishirô Honda: Gojira (o Godzilla, para los occidentales), que además de sci-fi grandioso eran un inteligente alegato contra la guerra atómica. A Ifukube le habría gustado que le recordásemos como compositor para orquesta sinfónica, pero es que esos acordes con los que abre Gojira son tan representativos del tokusatsu (sci-fi) y del daikaiju (cine de creaturas) como el monstruo mismo. Agreguemos que el mismo Ifukube creó el rugido de Gojira frotando un guante de cuero contra las cuerdas de un contrabajo. Maestro. #

Varios: The Harder They Come (Caiga Quien Caiga, 1973). Algunos insisten en que este fue el filme que puso al reggae en el mapa mundial, sacándole del underground y colocándolo como La Próxima Cosa Grande. Lo cierto es que esta música ya tenía algunos años sonando en Inglaterra entre skinheads y entendidos, pero la película de Perry Henzell, estelarizada por la superestrella jamaicana Jimmy Cliff, recordó las raíces de la música que sustituyó al jazz como la música cool de los bohemios y hipsters. La historia de un aspirante a músico arrojado a la vida criminal por necesidad fue cantada por la crema del reggae de la época (67-72): The Maytals, The Melodians, The Slickers, Desmond Dekker, Derrick Harriot, Scotty. Island Records lanzó el disco y fue un éxito gigantesco. Un clásico por donde se le vea. # #

George Gershwin: Manhattan (1979) Woody Allen, Nueva York y jazz resultan hasta redundantes acomodados así, en una sola frase. La extensa carrera del judío que todos amamos está llena de colosales momentos musicales: música a lo Nueva Orleans, días de radio, Django Reinhardt, memorias de polvo de estrellas. Pero, sin duda, una de las escenas definitorias del cine como arte y como emoción y como vida es la secuencia inicial de Manhattan. Y no sería lo mismo sin la majestuosa Rapsodia en Azul de George Gershwin resonando, rompiendo todo a su paso. Toda una declaración de intenciones. El cine se mide antes y después de Woody y Gershwin. La pieza, compuesta en 1924, fue un experimento en música moderna (así lo definió su señero compositor) y se convirtió, al instante, en música clásica. No vale la pena vivir sin haberse emocionado con la Rapsodia en Azul. No lo vale. Como tampoco lo vale si se ha dejado pasar Manhattan, la Gran Película del XX. #

Goblin (con Giorgio Gaslini): Profondo Rosso (Rojo Profundo, 1975) El rock progresivo no hace nada por mí. Absolutamente nada. O tal vez sí: en algunos casos me marea y me hace sentir mal, debo correr al lavabo y jurar sobre todos mis muertos que jamás escucharé algo así. Así que resulta sorprendente que esta lista incluya a Goblin, un grupo progresivo (¡¡!!) italiano (¡¡!!) que, empero, hicieron música notable para varias geniales películas (entre ellas Buio Omega, una favorita personal), sobre todo del sensacional Dario Argento. No puede negarse que Profondo Rosso es brutal, maravillosa, y la banda sonora ayuda mucho, resaltando aquí y allá la intriga y el horror de uno de los gialli más reconocidos. Sintetizadores moog, melotrones, guitarras con distorsión, baterías aceleradas, instrumentos extravagantes y una gran sección de cuerdas (cortesía de Giorgio Gaslini), hacen un soundtrack de terror atípico pero inolvidable. ¡A por él! # #

Varios: Rushmore (1998) Una película cuya secuencia de créditos iniciales va acompañada de Making Time de The Creation es ya una ganadora, así trate de saltamontes autistas. Segundo largometraje del universo Wes Anderson (y con un inspiradísimo Bill Murray liderando el cast), es una obra anorak para anoraks. Una gran historia que avanza a un bellísimo e inevitable desenlace entre canciones de The Kinks (Nothing In This World…), Chad & Jeremy (A Summer Song), Unit 4+2 (Concrete and Clay), The Who (A Quick One…), Cat Stevens pre-Islam (Here Comes My Baby), Yves Montand (Rue St. Vincent), The Faces (Ooh La La), Donovan (Jersey Thursday), los Stones (I Am Waiting) y hasta el lado más juguetón y divertido del casi siempre insufrible Lennon post-Beatles (Oh Yoko). No hay manera de fallar. Por ahí hay piezas de Vince Guaraldi, Django Reinhardt y Paul Desmond que, por supuesto, son una gozada. Una película de justificado culto. # # #

Curtis Mayfield: Superfly (1972) El blaxploitation cinema fue transgresor en casi todos los sentidos: era un cine violento, sexual, anti-establishment y negro. Uno de sus personajes ícono, Superfly, nació en una época feroz bajo la lente del agudo Gordon Parks Jr. Un dealer negro que quiere dejar su sórdida vida atrás y comenzar de nuevo fue el pretexto para crear un héroe del cine moderno y, además, dar al mundo uno de los mejores soundtracks de la historia de la humanidad: Curtis Mayfield, cuyo nombre puede mover montañas, compuso una serie de canciones increíbles sobre nuestro hombre y nuestro mundo. Elocuente as hell, sincero y funky, Mayfield nos regaló clásicos como Superfly, Freddie’s Dead o Pusherman. Podrás dejar pasar la película, pero la música, nunca. Un disco a la altura del What’s Going On de Marvin Gaye, el mejor disco que ha hecho hombre alguno. Ya dije. # #

Varios: Urgh! A Music War (1981) Está bien, admito que con este estoy haciendo trampa, pero no puede dejarse fuera. Más que una película formal, Urgh! es un documental de Derek Burbidge acerca de los grupos más ruidosos, extravagantes y geniales del post-punk y la new wave. Grabado en concierto en Londres, Nueva York, Elei, y prácticamente en cualquier gig en el que el equipo de grabación pudiese entrar, es un documento imprescindible para cualquier fan de la música de guitarras. Ahí están The Police, por supuesto, pues ellos financiaron el proyecto, pero son claramente opacados por grupazos y genios como The Cramps, Magazine, Pere Ubu, Klaus Nomi, Echo & The Bunnymen, The Fleshtones, XTC, The Go Go’s, Gary Numan, OMD, Chelsea, Wall of Voodoo, Au Pairs, Surf Punks, Steel Pulse, Devo, X, Gang of Four, Athletico Spizz 80, Jools Holland, John Cooper Clarke, Oingo Boingo, la ridícula Toyah Wilcox, The Members, 999, Splodgenessabounds, UB40, The Alley Cats, John Otway y hasta una rareza, Invisible Sex. Si después de esta lista de nombres no corres a por ella, no sé de qué te tratas. # # # #

Manfred Hübler y Siegfried Schwab: Vampyros Lesbos (1971) Las cintas de Jesús Franco o las amas o las odias. Yo soy de los que prefieren hacer lo primero. Este pervertido español que asegura ser la inspiración para el personaje de Yoda en Star Wars y que presume de un currículum de más de cien estilizadísimas películas de explotación (vampiros, zombies, strippers, prostitutas, adictos y toda clase de corrompidos) es un geniecillo que logró un exitazo con Vampyros Lesbos, sugerente película sobre, claro, vampiras lesbianas. La banda sonora de Hübler y Schwab, una especie de uneasy listening, lounge de castillo transilvano, hip y muy sexy, patea traseros a diestra y siniestra. Tan clásico, funky, depravado y contagioso como la película. Soledad Miranda, princesa europea de los skin flicks, nunca estuvo mejor. # # # #

Varios: Wild Style (1983) Fue la primera película hip-hop y es un clásico underground. De argumento tiene poco y más bien es pretexto para mostrar al mundo de qué se trataba esta música tan nueva y excitante, de su ropa, su lenguaje, sus calles y los cuatro pilares de la Comunidad: el breaking, las rimas, las tornamesas y el graffiti. Es increíble. Sobra decir que la banda sonora es esencial. Ahí va otra gran lista: Grandmaster Flash, Fab 5 Freddy, The Cold Crush Brothers, The Rock Steady Crew, Fantastic Freaks, DJ Grand Wizard Theodore, Rammellzee, Shock Dell, Busy Bee, Rodney Cee. Como para caer fulminado. Es una Biblia para muchos y si enlistara a todos los artistas que admiten su influencia, no acabaríamos nunca. Por eso, mejor tira esos discos de John Williams y escuchemos estos diez. Mis diez, por ahora. Ya luego te presentaré los otros diez. O veinte. Vale la pena. # # #

-Esteban Cisneros.


*Texto publicado originalmente en El Heraldo de León, viernes 14 de enero de 2011.

20 marzo 2011

Jazz on a Summer's Day.



Jazz on a Summer's Day (1960) es un pedazo de historia en cine. Filmado y dirigido por Bert Stern, uno de los fotógrafos más importantes del XX (entre sus modelos han estado Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor y Sue Lyon haciendo de Lolita), es un documental sobre el Festival de Jazz de Newport en Rhode Island de 1958. El filme usa pietaje de la ciudad de Newport, de la competencia de yates por la American Cup y, por supuesto, de las actuaciones de gigantes como Jimmy Giuffre, Thelonious Monk, Sonny Stitt y Sal Salvador, Anita O'Day, George Shearing, Dinah Washington, Gerry Mulligan, Big Maybelle, Chuck Berry, Chico Hamilton, Louis Armstrong, Jack Teagarden y Mahalia Jackson.

Stern y Aram Aviakan (co-director) filmaron simultáneamente con 5 cámaras distintas a todo color. El jazz no es siempre en blanco y negro. Disfrutad.

14 marzo 2011

I Can't Don't Want To Faster! Entrevista a Bart Mendoza*.

Bart Mendoza nació en San Diego, California, un 5 de septiembre de 1962. Vaya año para nacer: uno lleno de mitos del Mundo Moderno. En 1981, fundó el grupo de mod revival Manual Scan, toda una leyenda. Tras la desbandada, en 1991 comenzó con un nuevo proyecto vital, The Shambles, en la misma vena melódica que siempre le ha caracterizado. Desde entonces, sus colaboraciones a La Música no han parado: periodista musical, productor, recopilador, cabeza de un sello discográfico y, por supuesto, cantante y guitarrista poseedor de un sonido único.

Hemos escuchado historias pero, ¿cómo era San Diego en los ochenta, cuando Manual Scan y The Tall Tale Hearts estaban por convertirse en La Próxima Cosa Grande?
En ese tiempo se trataba sólo de vivir. Mirando atrás, fueron días increíbles. Parecía haber mucha más libertad que ahora. La escena moderna estaba siendo apenas forjada. Aunque ninguna de las bandas lo hizo tan en grande, se hizo un montón de música genial y los músicos eran de algún modo notorios a nivel nacional. Ahí estaban The Tell Tale Hearts en la revista People y Manual Scan en el soundtrack de A Girl To Kill For. Cuando organizamos el New Sounds Festival se congregaron tantos grupos y tantas personas de fuera de San Diego que realmente fue el punto central de la escena Sixties en EEUU por algún tiempo. He archivado una buena cantidad de objetos de aquella época y es interesante ver cuánta cobertura mediática tuvieron las bandas y también la Escena – ese apoyo, de periódicos locales, TV y radio probablemente explique lo grande que fue.

El New Sounds congregaba cientos de personas. San Diego tenía un increíble montón de gente y de bandas concentradas en un área y con los gigs, esto creció. Tengo una foto en algún lugar que retrata a una multitud en un concierto. En primer plano está Jeff Conolly de las leyendas de Boston, Lyres. Moviéndose a la derecha es un miembro de la sensación del medio-oeste The Untamed Youth. En el fondo, estoy hablando con Carl Rusk de los Nashville Ramblers. Estábamos esperando a que se reanudara el evento. Así era ese lugar. Fiestas, gigs, fue realmente impresionante.

¿Qué es lo que más se extraña de esos días?
Sí me da por mirar atrás de vez en cuando, particularmente en honor a amigos que ya se han ido. Pero siempre es divertido pensar en cuando eras joven y despreocupado, aunque ahora estoy, por lo general, inten-tando escuchar mucha más nueva música, incluso si es en reediciones. Dicho eso, lo que probablemente extraño más es ir de gira. Aún me sorprende haber sobrevivido a algunas de nuestras aventuras. Lo pasa-mos muy bien y tuvimos road managers geniales, como Mike Rice y luego Josh Entreken.

Has producido montones de bandas y de discos recopilados con nuevos artistas de San Diego, algunos notables. Incluso tienes un sello independiente, Blindspot Records. ¿A quién nos aconsejas seguir ciegamente? ¿Quién es la Próxima Cosa Grande?
Hay tanta música sonando en estos días que resulta difícil seguirle la pista a todo, pero nuevos grupos que me emocionan incluyen a grupos de San Diego como The Modlins, Power Chords, Echo Revolution, Lady Dottie & The Diamonds y The Creepy Creeps, y algunos nacionales como The Ugly Beats, The Lola’s y New Fidelity. Pero, probablemente, mi canción y mi video favoritos de los últimos años es Cruel Girl de The Red Button.

Debieron ser cientos pero, ¿podrías contarnos un momento gigantesco de la época de Manual Scan?
Tienes razón, fueron muchísimos momentos, pero uno que nunca voy a olvidar es haber tocado en el Marquee, en Londres. Aunque fue una edición tardía del lugar, fue una emoción gigantesca ir hacia el escenario desde nuestro camerino. Debo decir que palomear en directo con The Plimsouls (¡dos veces!) queda muy arriba en la lista, también. El show más salvaje fue posiblemente en Tijuana con The Untouchables.

Eres también escritor. De tu pluma han salido varias biografías, liner notes para discos y artículos de rock and roll. ¿Cómo describirías el sonido de The Shambles en cinco líneas?
Long running.
Guitar oriented.
Sixties and seventies influenced.
Melodically inclined.
Ongoing.

¿Qué te atrajo del Mundo Moderno?
Comencé a vestirme como un modernista por una fascinación adolescente, a mediados de los 70, por The Zombies. Un vecino me prestó un par de sus álbumes y no solo me enamoré totalmente de su música, también de su look, particularmente el de Paul Atkinson. Después, claro, me perdí en el look y el transporte de los Mods. Fui director de programación de la radio estudiantil en la high school y recibía discos promocionales de singles del primer disco de The Jam, que luego versionamos en ensayos. Así como amaba los sonidos mods vintage, descubrí que los grupos contemporáneos de mod, garage y powerpop eran realmente excitantes. Durante esos años vivíamos para ver a 20/20, The Plimsouls, The Knack, Paul Collins Beat, The Crawdaddys y luego a grupos como The Bangs, Untouchables, Three O’Clock, Question…

¿Vinilo, CD o mp3?
Vinilo, por supuesto, es mi favorito - es como la música fue hecha para escucharse. Con todo, me gustan los CD’s por conveniencia, duración y por todas esas bonus tracks en las reediciones. Y, lo siento, pero los mp3 no suenan nada bien.

¿Cuál es tu bebida?
Ya no bebo, pero en mis días una Guinness Black & Tan o una Watneys funcionaban cada vez. Ya no bebo cafeína tampoco, pues soy un insomne masivo e irredento y no dormiría absolutamente nada.

¿Vespa o Lambretta?
Sólo Vespa, vintage. Nunca he conducido un auto (bueno, una vez, por apenas una milla o algo así, en una apuesta) pero con una scooter cosas como ser capaz de obtener partes aquí y allá y la facilidad del servicio son importantes. He tenido dos, ambas 1979 P-200’s. La primera –que era azul– fue destruida hace trece años al golpearme un auto. Mi modelo plateado actual es mi medio de transporte diario, incluso a los gigs si no necesito llevar amplificadores.

¿John Lennon o Paul McCartney?
Sin duda Paul. En los Beatles los considero iguales, pero entre 1970-1979, Paul tuvo una racha de una gran canción tras otra, mientras que John hizo álbumes como Sometime In New York City

¿Stax o Motown?
Amo ambas, pero para bailar tiene qué ser Stax. Hay más rudeza y energía en muchísimas de sus canciones. Dicho eso, no bailo ya mucho, por el incidente de la Vespa.

¿Qué actor famoso está mejor calificado para interpretar a Bart Mendoza en una biopic?
Esa es difícil. Sería más sencillo resucitarme.

¿Cuál fue la última película no-musical que te estremeció?
No veo realmente muchas películas que no traten sobre música. No recuerdo la última que vi, pero han pasado años. Estoy tan envuelto en música que no tengo tiempo para otra cosa. Si no estoy en un estudio, estoy en un show, o trabajando en una historia. Eso me consume cada hora.

¿Tienes algún placer musical culposo?
Soy gran fanático del Pop, sobre todo en 7”, así que básicamente adoro una tonada pop bien hecha, no importa de quien sea. Cosas como Girl de The Osmonds, Get Down de Gilbert Sullivan o (Anthony’s Song) Movin’ Out de Billy Joel son grandes canciones, si debo nombrar tres…


Eres fanático de Cri-Cri. ¿Cuál es su canción que más te gusta?
¡Fácil! El Ratón Vaquero. No estoy seguro por qué, pero las primeras líneas de la canción se han quedado conmigo durante toda mi vida. Una copia de sus álbumes es una de mis posesiones más preciadas. Me gustaría versionar alguna de sus canciones. Algún día…

Has trabajado en tiendas de discos, eres músico y un obsesivo nerd musical (todas, cosas que admiramos), así que las siguientes tendrían que hacerte sufrir… ¿Podrías nombrarnos 10 discos? Tu All Time Top-10.
De hecho, hay tantos favoritos que cambian día a día, pero ahí van unos pocos que influenciaron tremendamente a mi música y que siempre menciono de uno y otro modo en las listas que armo:
*The Action, The Ultimate
*Big Star, #1 Record
*Los Brincos, Contrabando
*The Jam, Sound Affects
*Jellyfish, Spilt Milk
*The Lola’s, Ballerina Breakout
*Emitt Rhodes, Emitt Rhodes
*Velvet Underground, Velvet Underground & Nico
*Wire, Chairs Missing
*Yes, Fragile
*The Zombies, Featuring She’s Not There

¿Y diez singles?
Mismo problema, misma respuesta:
*Cilla Black, It’s For You
*The Hitmakers, Grow Up With Me (EP)
*Hoodoo Gurus, Like Wow / Wipe Out
*The Kinks, Deadend Street
*Gilbert O’Sullivan, Get Down
*The Penetrators, Untamed Youth
*The Plimsouls, Now
*The Rain Parade, What’s She’s Done To Your Mind
*Scarlet Party, 101 Damn Nations
*Superdrag, Keep it Close To Me
*The Sweet, Action
*Swingout Sister, Break Out
*The Times, There’s A Cloud Over Liverpool
*Wings, Jet

¿Cuál es la joya de tu colección?
Posiblemente un álbum de The Scottsville Squirrel Barkers, un disco bluegrass que incluye a un joven Chris Hillman. Pero hay otros contendientes fuertes… Tengo numerosos acetatos y test pressings, así como cosas que no son necesariamente valiosas, pero sí imposiblemente raras…

¿Cuál es el disco que sigues buscando y no has encontrado?
Honestamente, no busco cosas per se. Ya tengo una colección gigante (tres habitaciones de música y memorabilia en mi despacho/almacén) así que en este punto ya es más lo que me topo que lo que me interesa. Escucho de todo de clásica a pop (de Samuel Barber a Steely Dan) pero colecciono ávidamente grupos mod/garage y singles 7” de powerpop, especialmente grupos nuevos, pues son más difíciles de encontrar hoy día. También, si un disco es de San Diego, necesito una copia en mi colección, sin importar qué tipo de música es.

¿Tienes alguna portada favorita?
No precisamente. Pero me gustan las que son mucho más que una pose, como las que han diseñado los de Hipgnosis o las que hizo Klaus Voorman. Cualquier cosa con imaginería de Henry Diltz o Ethan Russell es sorprendente. Por otra parte, soy un gran fan de Roger Dean.


*Publicado originalmente en La Trampa del Bulevar #2, fanzine en papel. Noviembre de 2010. Entrevista por Esteban Cisneros.