12 febrero 2008

The Creation: How Does It Feel To Feel.

Si hay una banda que hace honor a su nombre totalmente es The Creation. En apenas unos años, con apenas pararse consistentemente en el estudio, lograron un estatus de culto impresionante. Eso sí, sus sencillos difícilmente se colaron en las listas de los Top of the Pop, exceptuando el caso de Alemania, donde fueron astros pop con todas las de la ley. Pero The Creation es una de esas bandas inolvidables y, lástima, uno de esos casos en que pudieron ser grandes, enormes, a la altura de The Who o The Kinks. ¿Exagero?

Su carrera fue tan errática que nunca lanzaron un álbum como tal. El único LP lanzado cuando aún eran una banda activa, "We Are Paintermen" (1967), era una recopilación de sencillos y algunos covers. En 1973, ya cuando se habían separado, Charisma Records lanzó la espectacular recopilación en 12" "The Creation '66-'67", que ahora parece haberse convertido en una rareza. Este disco fue esencial para que, pasados los 60, se pudiese ver el poderío de una banda que, posiblemente, estaba muy adelantada a su tiempo.

Eddie Phillips era un guitarrista sin igual. Porque no sólo aporreaba su instrumento con sus manos, sino que le pasaba un arco de violín por encima, sacándole sonidos del más allá. ¡Por supuesto! ¿Acaso creían que fue Jimmy Page el que inventó eso? Bob Garner era un bajista excepcional (y más tarde, un vocalista más que competente), Jack Jones golpeaba los platillos con orgullo y por un tiempo, Kenny Pickett vocalizaba letras geniales sobre fracasar en las escuelas de arte o sobre ir por el lado salvaje. Mejor combo no se podía. Quien haya escuchado (y sentido ese golpe en la cara) temas como Making Time (utilizada hace unos años en Rushmore, cinta de Wes Anderson) o Biff Bang Pow lo sabe.

No es gratuito que Alan McGee haya llamado Creation a su sello, ni que la banda haya resurgido en los 90 gracias a que gente como Oasis o Ride les mencionasen como influencia e incluso grabasen temas suyos (irónicamente, Boney M tuvo mucho éxito con una versión a Painter Man). Y de las muchas recopilaciones que hay por allí, es posible que, después del ya mencionado '66-'67 que hay qué conseguirse en vinilo, "How Does It Feel To Feel" sea la mejor. Lanzada por Edsel en 1982, contiene todos sus singles de su época más prolífica (si ese término aplica), incluyendo las sensacionales Painter Man (mi favorita), Life Is Just Beginning, The Girls Are Naked, Tom Tom, Mercy Mercy Mercy y algunos cojonudos covers a Cool Jerk de los Capitols, Like A Rolling Stone de Dylan y una mejora al Hey Joe que popularizó Hendrix. Es una recopilación genial. Allí está la guitarra con arco de violín, la distorsión pesada, el vértigo, los gritos y el sudor. The Creation, literalmente.

Hace muy poco, estos gamberros se reunieron para seguir haciendo de las suyas y sabiendo que si en su tiempo no llegaron a las listas, tampoco lo harán acá... Así que, contradiciendo a cierto barbón, ellos están in here for the music. Su música es roja con destellos púrpura. Pure action!

04 febrero 2008

Cab Calloway: Minnie The Moocher.


Cab Calloway
es el Hi De Ho Man, genio del jazz, tenía el espíritu del rock and roll mucho antes de que siquiera existiese, cantando sobre la vida mundana, las mujeres, las drogas, la música misma. Louie Armstrong le convenció de que cantara scat, Dizzy Gillespie tocó en su banda y fue sidekick de los Blues Brothers. Músico, cantante, actor, inventor de palabras dignas de un diccionario aparte, vanguardista de la moda zon sus zoot suits, Cab Calloway fue grande. Gigante.

Sin duda su canción definitoria es Minnie The Moocher, inconfundible. En 1932, fue el tema de un corto de dibujos animados de la también precursora Betty Boop. Debió ser una combinación desafiante para la época. Ahora se ha convertido en un clásico, un dibujo animado excelente que, se dice, inspiró a Tim Burton para la creación de su Oogie Boogie Man.

A disfrutar de esta joya, que no debe olvidarse en el tiempo. Con ustedes, robándose el show -como solía suceder siempre que llegaba- el señor Cab Calloway. ¡Hi-de-hi-de-hi-de-ho!