27 diciembre 2007

Lilys: "A Nanny In Manhattan".


Comenzaron emulando el shoegaze más empedernido de My Bloody Valentine, pero después la British Invasion se convirtió en su fijación. Y se nota en A Nanny In Manhattan (1996), tremendo tema de Lilys, el proyecto del músico y loco Kurt Heasley y una banda itinerante y siempre cambiante. Del álbum "Better Can't Make Your Life Better", la canción es una joya con ecos sesentas, con un vídeo más que bueno. Contagioso a morir. Heasly es, en definitiva, uno de esos músicos que hace suyo el lema de mirar al pasado para torcer el presente con vistas al futuro.

17 diciembre 2007

James Brown: Live At The Apollo.

A un año de la muerte del Padrino
(Mayo 3, 1933 - Diciembre 25, 2006)

Are you ready for the star time?

El 24 de octubre de 1962, James Brown actuó en el Apollo Theatre, en la calle 125 en Nueva York. Era una noche más, como había hecho desde 1959, sólo que entonces era artista de acompañamiento. Ahora él era el headliner... y esta vez la grabadora estaba encendida. El Padrino del Soul había arreglado la grabación ante la negativa de su disquera, alentado por la excelente respuesta de su público. Y claro, era su mejor época. Era el mejor espectáculo del mundo, el escenario se caía.

El booklet de la reedición de "Live At The Apollo" da un contexto muy exacto de la época en que se grabó el disco. La superestrella de los 50's Harry Belafonte actuaba sold-out en el Americana Hotel, en Broadway se había estrenado Quién teme a Virginia Woolf, los cines estrenaban la escandalosa Lolita de Kubrick y Kennedy luchaba contra Cuba y en todos lados se hablaba de guerra nuclear. James Brown aún así se las arregló para llenar el Apollo, que era un lugar que significaba el éxito o el fracaso. Desde los años 30's cuando se inauguró su Amateur Night, ese lugar vio nacer las carreras de gente como Ella Fitzgerald y se extendió hasta los 60's viendo los inicios de gente como Michael Jackson. El público del Apollo sabía lo que quería. Si el artista era malo, lo echaban. Pero si era James Brown, no había más que postrarse a sus pies y gritar aww! cuando él lo ordenase.

El resultado de esta grabación salió en 1963 y aún hoy es uno de los más grandes discos grabados en vivo. El sudor, los desmayos, los desplantes más que histriónicos de James Brown, son una genialidad que el disco logra captar, a pesar de sólo apelar al oído. Habrá qué decir que algunos de los gritos y los aplausos que se escuchan en el vinilo están sobrepuestos, pero El Padrino casi escupe los pulmones sobre el escenario y eso no tiene precio. Perdía tres kilos en cuarenta minutos sobre el escenario. Giraba y se revolcaba, como si sufriese un ataque cardíaco.

"Live At The Apollo" tiene, además, el mérito de llevar el R&B al mainstream radial. A pesar de ser un álbum en vivo y que presume de reproducir el concierto entero sin cortes, algunas canciones fueron editadas como sencillos. Si la versión de estudio de Night Train ya había sido un éxito antes ese año, el disco en directo hizo que James Brown pasara de ser un héroe marginal a uno casi nacional. Y de ahí, el mundo. Con todo, "Live At The Apollo" es un vinilo de culto, un documento delirante de uno de los showmen más importantes de los Estados Unidos. Comenzó recogiendo algodón. Y se cansó de recoger aplausos. El Padrino, desde entonces, se convirtió en tal.

Ninguna colección que se respete está completa sin el "Live At The Apollo". Después de esa calurosa y mil veces imitada introducción es imposible dejar de escuchar hasta que termina Night Train con un James Brown casi exhausto. Imposible dejar de emocionarse cuando invita al todo el público (incluyendo a quienes no estuvimos en el Apollo, pero en quien El Padrino también pensó al grabar este disco) a subirse con él a ese tren nocturno. I'll Go Crazy! I will.

12 diciembre 2007

Noonday Underground: "London".


Grabado en un club mod londinese en la calle Gerrard, London (2001) de Noonday Underground es un genial vídeo que de verdad hace honor al coro de la canción: "London's swinging". Como en el '67 mismo. La canción, extraída del álbum "Self Assembly" (2000) es una joya psicodélica. Los responsables: Simon Dine (antiguo miembro de Adventures In Stereo) y Daisy Martey, quienes hicieron un genial disco sólo para coleccionistas y melómanos sin redención. London es una excelente muestra de su sonido: clavado en los sixties, tremendamente volado y con sabor a ajenjo. Por algo a Paul Weller le encantó. Como dato extra, se dice que Pete Doherty solía asistir al club en que se grabó el video antes de saltar a la fama con The Libertines.

10 diciembre 2007

Ray Charles: Hallelujah, I Love Her So.

"The blues are old, but they are not tired..."


Hace poco me encontré con las reediciones de Atlantic Records en CD a algunos de sus discos clásicos de los 50 y 60. John Coltrane, Ornette Coleman y, por supuesto, Ray Charles. Motivado, adquirí algunos (estaban a muy buen precio). ¡Aleluya! Qué bueno que lo hice.

De Ray Charles siempre se dirá mucho y nunca se dirá lo suficiente. Es un ícono. Es una leyenda ya de por sí. Quien no conozca a Ray Charles que arroje la primera piedra.

Supongo que era un gran tipo. Sólo un gran tipo bromea sobre sí mismo como hizo él en The Blues Brothers, película imperdible de John Landis (1980). Y sólo un gran tipo puede hacer música tan grande.

El punto es que mi disco favorito para tristear un poco en los últimos días es "Hallelujah I Love Her So!" Un álbum fabuloso que fue lanzado originalmente en 1962 como una recopilación de algunas de las mejores grabaciones de Ray para Atlantic, antes de que el genio firmase contrato con ABC-Paramount, donde reinventaría el country muy a su manera.

"Hallelujah..." por tanto, repasa algunas (no todas) de las grabaciones más representativas de Ray desde 1952: clásicos como la seminal I Got A Woman, la genial Greenbacks (con ese piano asesino), la muy versionada canción del título y la impresionante Ain't That Love. Pero lo que realmente quiero escuchar de este disco son esos temas lentos y adoloridos. Son lo que necesito. Ese sonido de piano triste, esas letras con aliento a licor y cigarrillos baratos. Es en esas canciones donde Ray realmente canta como un hombre, como un artista, como un genio. ¿Que no había encontrado realmente su voz, como dicen los que critican estas grabaciones? Pues entonces la búsqueda fue fascinante, a juzgar por los resultados de su experimentación. Y como dicen las notas del folletín: Ray puede poner su dedo en la parte soul del blues.

Los títulos de los temas hablan por mi: Drown In My Own Tears, Sinner's Prayer, Come Back Baby, Funny (But I Still Love You) (todo un himno), This Little Girl Of Mine, Don't You Know... Y a eso suena el disco: a licks de blues en el piano, la voz intensa de Ray, una excelente banda de acompañamiento. El día en que yo entre a un bar y haya una banda tocando así, entonces lo habré visto todo y podré retirarme a la montaña y no volver nunca a la civilización.

Lord, have mercy of me...

03 diciembre 2007

La Jetée.

La Jetée (Chris Marker, Francia, 1962) es una maldita obra maestra, una photo-roman de 28 minutos que me mata. Famosa por inspirar a Terry Gilliam para sus 12 Monkeys, es una verdadera maravilla narrativa. Imperdible.

Extraída de YouTube aquí presento la versión doblada al inglés de La Jetée. Una de mis exploraciones fímicas preferidas de uno de los temas recurrentes de la cinematografía y la literatura, y uno de mis favoritos, por cierto: los viajes en el tiempo.