17 diciembre 2007

James Brown: Live At The Apollo.

A un año de la muerte del Padrino
(Mayo 3, 1933 - Diciembre 25, 2006)

Are you ready for the star time?

El 24 de octubre de 1962, James Brown actuó en el Apollo Theatre, en la calle 125 en Nueva York. Era una noche más, como había hecho desde 1959, sólo que entonces era artista de acompañamiento. Ahora él era el headliner... y esta vez la grabadora estaba encendida. El Padrino del Soul había arreglado la grabación ante la negativa de su disquera, alentado por la excelente respuesta de su público. Y claro, era su mejor época. Era el mejor espectáculo del mundo, el escenario se caía.

El booklet de la reedición de "Live At The Apollo" da un contexto muy exacto de la época en que se grabó el disco. La superestrella de los 50's Harry Belafonte actuaba sold-out en el Americana Hotel, en Broadway se había estrenado Quién teme a Virginia Woolf, los cines estrenaban la escandalosa Lolita de Kubrick y Kennedy luchaba contra Cuba y en todos lados se hablaba de guerra nuclear. James Brown aún así se las arregló para llenar el Apollo, que era un lugar que significaba el éxito o el fracaso. Desde los años 30's cuando se inauguró su Amateur Night, ese lugar vio nacer las carreras de gente como Ella Fitzgerald y se extendió hasta los 60's viendo los inicios de gente como Michael Jackson. El público del Apollo sabía lo que quería. Si el artista era malo, lo echaban. Pero si era James Brown, no había más que postrarse a sus pies y gritar aww! cuando él lo ordenase.

El resultado de esta grabación salió en 1963 y aún hoy es uno de los más grandes discos grabados en vivo. El sudor, los desmayos, los desplantes más que histriónicos de James Brown, son una genialidad que el disco logra captar, a pesar de sólo apelar al oído. Habrá qué decir que algunos de los gritos y los aplausos que se escuchan en el vinilo están sobrepuestos, pero El Padrino casi escupe los pulmones sobre el escenario y eso no tiene precio. Perdía tres kilos en cuarenta minutos sobre el escenario. Giraba y se revolcaba, como si sufriese un ataque cardíaco.

"Live At The Apollo" tiene, además, el mérito de llevar el R&B al mainstream radial. A pesar de ser un álbum en vivo y que presume de reproducir el concierto entero sin cortes, algunas canciones fueron editadas como sencillos. Si la versión de estudio de Night Train ya había sido un éxito antes ese año, el disco en directo hizo que James Brown pasara de ser un héroe marginal a uno casi nacional. Y de ahí, el mundo. Con todo, "Live At The Apollo" es un vinilo de culto, un documento delirante de uno de los showmen más importantes de los Estados Unidos. Comenzó recogiendo algodón. Y se cansó de recoger aplausos. El Padrino, desde entonces, se convirtió en tal.

Ninguna colección que se respete está completa sin el "Live At The Apollo". Después de esa calurosa y mil veces imitada introducción es imposible dejar de escuchar hasta que termina Night Train con un James Brown casi exhausto. Imposible dejar de emocionarse cuando invita al todo el público (incluyendo a quienes no estuvimos en el Apollo, pero en quien El Padrino también pensó al grabar este disco) a subirse con él a ese tren nocturno. I'll Go Crazy! I will.

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