El reporte Corleone: Brighton 64 y Los Negativos en acústico. 3 de julio, 2010.
A mediados de junio, mi colega Oriol me envió un mensaje de texto al móvil que decía “Brighton 64 y Los Negativos en acústico. No es broma”. Me quedé un poco sorprendido. Sabía que Los Negativos (reformados) tocan de vez en cuando en festivales, saraos mods y similares, pero Brighton 64… ¿y en acústico? Comencé a sospechar.
La excusa del evento era la conmemoración de la presentación de los EP's en vinilo de ambos grupos en sus respectivas presentaciones en la sala mítica barcelonesa Studio 54, a mediados de los ochenta. Vamos, que el nombre no es una alarde de originalidad.
No pude salir de dudas hasta el sábado 3 de julio, noche del evento, en el Bar Clandestino, sótano del restaurante Taxidermista - cuyo poco apetitoso nombre se debe a que antiguamente solía ser una tienda de artículos para embalsamar cadáveres. Todo esto en pleno centro de Barcelona. Llegué demasiado pronto, porque sólo estábamos yo y tres colegas. Sólo veo a Ricky Gil y a su hermano Albert. Ni huellas de Tino o Jordi. Más tarde Carles Estrada y Alfredo Calonge, en representación negativa.
Fue difícil evitar una cierta decepción, porque nunca he visto a ninguna de las dos bandas en formato eléctrico, pero algo me dijo que lo viera desde un prisma más relajado y la velada tendría un toque interesante. Mal que mal, estamos hablando de grupos legendarios para la escena mod catalana y española. A cambiar el chip. Además, era gratis.
Pasa el rato y comienza a llegar la gente. El pequeño escenario está dispuesto con dos micrófonos y al fondo, dos platos para que después Yokomar y Rudemod (el mismo Albert Gil en su faceta DJ) pongan en marcha a la concurrencia.
A las 12 y pico comienzan Los Negativos. Alfredo y Carles rasguean los acordes de Cigarras panameñas. Los veteranos de los 80 retroceden mentalmente a su época de peinados estilo paje, camisas de amebas y paramecios (paisley, para que nos entendamos) y un toque de psicodelia que les hizo merecedores del honor de ser una de las pocas bandas que valía la pena escuchar en medio de la vomitiva Movida Madrileña y el pop de sintetizadores. Después se vienen Dandies entre basura, Sacerdotisa de la carne eléctrica, 18 Sábado amarillo y una sorpresa-homenaje a Brighton 64: No volverán. Y eso fue todo.
Desprovistos de los toques de estudio, teclados y otros, Los Negativos suenan densos y casi a cantautor. Pierden bastante. La voz de Carles está en plena forma, pero no pueden evitar el atril con los acordes en plan cancionero y cometer errores notorios, hojas que luego arrojan al público alegremente (yo me quedé con la de 18 Sábado Amarillo, la cual irá remitida a México apenas pueda.) ¿Tanta psicodelia ha afectado sus capacidades? No lo sé, pero se nota un desgaste, sobre todo en Alfredo, a quien tengo el placer de conocer, pero siempre está en la luna. Así y todo, al primer acorde se echaron al público al bolsillo. El discurso de Carles fue en un tono lisérgico al momento de comunicarse con la gente y por tanto, confuso y alocado. Seguramente, los fans de la vieja escuela sabían lo que quería decir. A mí y a otros más jóvenes nos sonó a gurú hippie en ácido.
Ahora toman el escenario los hermanos Gil y la entrada es la característica de sus conciertos, o sea, La Calle 46. Suenan potentes y efectivos sin necesidad de tanta parafernalia, por mucho que Ricky se disculpe al decir que es la primera (y última) vez que tocan en formato acústico, porque no lo dominan. Siguen con Ponte en marcha para mí, Deja de tocar a mi chica, Igual nos da igual y devuelven la mano a Los Negativos con Fotos del ayer. En principio, eso era todo, pero ante el aliento del público, acceden a tocar una más… fusionando a Brighton 64 con Los Negativos (“Somos los Negativos 64”, bromeó Albert) para una versión de In the Midnight Hour en castellano e inglés, cantada por Ricky y Carles, respectivamente y que fue el punto final y a la parte de música en directo. La gente se veía emocionada y eufórica, lo cual se volcó en la pista de baile. Todos contentos.
Es curioso, pero pensé que quizás los chicos de Piknik Caleidoscópico me cautivarían más y sucede que los de La Casa de la Bomba encendieron el Clandestino, en igualdad de condiciones sonoras y eso sin olvidar que la superioridad técnica y de recursos interpretativos de los primeros es notoria. Ganaron los punkies. Al menos, según mi punto de vista. Sonaron espontáneos y se llevaron el premio.
Desde Barcelona,
Jorge Corleone.
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